Tomar medidas para mitigar estos efectos en la población, la previsión, anticipación e información en la población es importante, el cambio climático es inevitable y por ello se debe concienciar a la población de cómo frenarlo en la medida de lo posible. La toma de conciencia es el primer paso.
La solución pasa por trabajar para frenar el cambio climático en sí y así, al mejorara los efectos de este, mejorará el riesgo que suponía para la salud mental.
Muchas de las medidas contra el cambio climático inciden indirectamente sobre la salud mental beneficiándola. Por ejemplo: Ir más en bici o en transporte público mejoraría también las tasas de obesidad y se sabe que el ejercicio físico beneficia mucho a las personas con trastornos mentales, la reducción de consumo y transporte de carnes rojas y el aumento del consumo de productos elaborados localmente mejorarían la salud cardíaca y física de las personas (es un factor protector para algunos trastornos), la mejora de la calidad del aire y las medidas de protección de zonas verdes y turismo sostenible potenciaría las actividades al aire libre ( esto es importante y sobretodo en países como china) y esto se asocia a una mejor salud mental.
Las comunidades (y países) debe invertir y mejorar su respuesta ante situaciones de emergencia, se debe invertir más dinero en salud, en dotar de recursos para tratar con esta situación que, aunque no queramos ver, está sucediendo.
Todo lo antes expuesto no es desconocido dado que la OMS (estudio de Prabhat Chand y Pratima Murthy) ya ha reconocido la posibilidad de incidencia del cambio climático en los trastornos mentales en los próximos diez años.
La conclusión a la que debemos llegar es que, si no vamos a cuidar el planeta por el mismo, por conservarlo, hagámoslo por nosotros, por nuestra propia salud. El ser humano es egoísta y creo que utilizar esta baza sería una buena estrategia para fomentar las acciones en pro del planeta y en contra del cambio climático.
Realizado por: María de los Ángeles Jiménez Chávez